El primer caso de torturas a una persona LGTBI que llega a la Corte Interamericana de Derechos

El primer caso de torturas a una persona LGTBI que llega a la Corte Interamericana de Derechos

Unos policías detuvieron a Azul Rojas Marín una madrugada de febrero de 2008 cuando caminaba de vuelta a su casa.

La razón del arresto de Rojas Marín, una peruana transgénero que en ese entonces era un hombre homosexual, era verificar su identidad, debido a que no llevaba documentos.

Eso fue lo que le dijeron los agentes que la llevaron a la comisaría de su ciudad, Casa Grande, en la costa norte de Perú.

Esa detención fue el inicio de una batalla legal de más de diez años del que acabaría convertido en el primer caso por discriminación a una persona LGBTI que llega a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).

La madrugada del arresto, en la estación de policía, tres guardias la agredieron física, sexual y verbalmente, con frases homofóbicas, dice el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Promsex) de Perú, una de las organizaciones que defiende a la agraviada.

"La tocaron y desnudaron a la fuerza. Mientras dos de ellos la sujetaban de los brazos y piernas, un tercero le introdujo una vara de goma en el recto en dos ocasiones, lo cual le causó lesiones sangrantes", añade Promsex.

"Durante estos actos de tortura sexual se le exigía reiteradamente que indicara el paradero de su hermano, quien era sospechoso de haber cometido un crimen", asegura la ONG. Después de unas horas, la liberaron. La CIDH determinó en agosto de 2018 que en el caso de Rojas Marín no se habían cumplido los requisitos de la detención con fines de identificación, que es legal en algunas circunstancias.