El pulso Lenin-Correa marca la crisis de Ecuador

El pulso Lenin-Correa marca la crisis de Ecuador

Ecuador se parece a sus volcanes, casi siempre suaves y tranquilos. Hasta que estallan. Y cuando lo hace es incontenible, como demuestra la Historia: ocho presidentes en una sola década, varios de ellos tumbados por golpes de estado y por protestas, como las que vive en las últimas horas. Las medidas económicas proclamadas el lunes por el presidente Lenín Moreno, que incluyen la subida del precio del combustible, provocaron de inmediato el estallido callejero de los transportistas y la consiguiente proclamación del estado de excepción durante dos meses.

Autobuses, taxis y el servicio escolar no sólo dejaron de funcionar de inmediato, sino que se convirtieron en barricadas en medio de las calles. La huelga nacional consiguió paralizar parte de las actividades económicas, también la educación y el ocio, como si se tratase de un remake de aquellos años llenos de tensión. La violencia se apoderó de algunas zonas, como el sur de Quito o Guayaquil.

"La tarea de mi presencia es evitar que aquellos que saquearon el país sigan saqueando el Ecuador. No lo vamos a permitir. A estos golpistas de siempre, el Ecuador les está diciendo no. Que se acojan a las consecuencias", clamó Moreno, decidido a cambiar la Historia, tras viajar a Guayaquil, la segunda ciudad del país, en donde se produjeron disturbios y saqueos para un total de 150 detenidos y 21 policías heridos, según datos oficiales. La cifra se elevó más tarde a 275 capturados por todo el país.