CRECIERON LAS ESTAFAS BANCARIAS
Datos recientemente arrojados por la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia indican queentre 2019 y 2020 crecieron un 3.000% las denuncias asociadas a "phishing" y delitos de contenido económico.
No hay dudas de que el "phishing" bancario es uno de los más extendidos; sobrados ejemplos que conocemos todos los días y que no dejan de alimentar estos números.
Pero, ¿cómo poner un límite a esta desalentadora tendencia? ¿Qué nos pasa como usuarios que seguimos cayendo en las redes de los ciberdelincuentes?
Durante el año pasado, la declaración de pandemia de Covid-19 no hizo más que acelerar el proceso de digitalización de nuestras vidas: trámites, pago de servicios y operaciones bancarias por internet; compras online en supermercados, indumentaria y electrodomésticos; estudiar, festejar cumpleaños y encontrarnos con amigos por Zoom y tanto más.
Pero, todo este fenómeno no fue acompañado, en muchos casos, por un uso responsable de la tecnología. A pesar del gran trabajo de concientización y educación a través de campañas realizadas por entidades bancarias, comercios y todo tipo de empresas, hoy nos encontramos respondiendo de la misma manera a ataques que no han cambiado mucho.
Lo que sí vemos es que son cada vez más extendidos y se encuentran por todas partes.
Por eso, debemos estar más alertas que nunca.
Es imprescindible que nos acerquemos a la tecnología de manera consciente, asumiendo los riesgos que conlleva su uso irresponsable, y que tomemos verdadera noción del valor que tiene nuestra información personal (qué es confidencial, qué se puede compartir, etcétera).
Muchos responsabilizan a las redes sociales, los bancos o las plataformas por los ataques, pero no dejan de ser nuestros propios errores o debilidades lo que alimenta la libre acción de los ciberdelincuentes.
Cuando todos seamos conscientes del uso que hacemos de internet lograremos disminuir los ataques y ahí sí le habremos ganado la batalla al ciberdelito.