Estados Unidos sancionó a nueve compañías chinas por violaciones a los derechos humanos

Estados Unidos sancionó a nueve compañías chinas por violaciones a los derechos humanos

Estados Unidos sancionó este viernes a nueve entidades chinas a las que acusó de complicidad con violaciones a los derechos humanos de la minoría musulmana uigur en la región de Xinjiang, anunció este viernes el Departamento de Comercio.

Un instituto científico del Ministerio de Seguridad chino y ocho empresas fueron colocadas en la lista negra de Washington. El gobierno de Donald Trump les impuso “restricciones de acceso a la tecnología estadounidense”, indicó la cartera en un comunicado.

El texto recuerda que Estados Unidos ya había incluido en octubre a 28 organizaciones gubernamentales y comerciales chinas en esa lista, acusándolas de estar implicadas en la campaña de represión del gobierno contra minorías musulmanas.

“Estas nueve entidades son cómplices de violaciones a los derechos humanos y de abusos cometidos durante la campaña de represión, detenciones arbitrarias masivas, trabajo forzado y vigilancia de alta tecnología contra los uigures, los kazajos y otros miembros de grupos minoritarios musulmanes en la región autónoma uigur de Xinjiang”, dice el comunicado.

Estados Unidos, al igual que numerosas organizaciones humanitarias, acusa a China de haber enviado a más de un millón de miembros de esta minoría musulmana a “campos de concentración” en esa región del noroeste del país.

Pekín niega esa cifra y habla de centros de formación profesional destinados a ayudar a la población a encontrar un empleo, alejándola de la tentación del islamismo y del terrorismo.

Sin embargo, según documentos filtrados por The New York Times, lo en que ocurre en Xinjiang es una violación sistemática de los derechos humanos de los uigures, kazajos y otras minorías musulmanas de la región. Ellos son puestos efectivamente en campos de concentración donde son encarcelados, torturados y forzados a aprender mandarín, recitar leyes del Partido Comunista Chino y a renunciar a su religión. Las organizaciones de Derechos Humanos dicen que el propósito de los campos es “lavarle el cerebro” y convertirlos en obedientes ciudadanos chinos.

El Departamento de Estado ha estimado que la magnitud de los detenidos es de al menos un millón de personas pero probablemente más cerca de 3 millones de ciudadanos, sobre una población de aproximadamente 10 millones.